Tras un viaje a lo largo de varias de las casas más
encantadas de Inglaterra, donde volveremos más adelante seguro, hacemos las
mochilas y cogemos un vuelo para viajar hasta el noreste de los Estados Unidos,
más concretamente hasta el Condado de Vilas, en el estado de Wisconsin. En este
lugar encontramos una de las mansiones más encantadas del país norteamericano,
la mansión de Summerwind, en la cual muchos han sido los que han presenciado lo
imposible.
Esta mansión situada a las orillas del lago West Bay ha
sufrido el paso del tiempo y actualmente está casi en ruinas ya que son pocas
las cosas que se conservan en ella. El fuego y las duras condiciones
meteorológicas han intentado borrar este sitio de la faz de la tierra, pero lo
que no han conseguido es hacer que desaparezca su oscura historia. La mansión
se construyó durante los primeros años del pasado siglo XX como una casa de
pescadores aunque finalmente nunca sirvió para este fin ya que en 1916, Robert
P. Lamont, quién durante la legislatura del presidente norteamericano Herbert
Hoover, sirvió como secretario de comercio, compró la casa para él y su
familia. Durante los primeros años Lamont se encargó de remodelar la vivienda.
Durante los quince años en los que la familia permaneció en
la casa toda parecía funcionar e ir perfectamente hasta que a mediados de los
años treinta Robert P.
Lamont un día mientras se encontraba en la cocina
presenció, según la leyenda una aparición a la que disparó dos veces pensando
que se trataba de un intruso. Tras este hecho que tuvo que dejar petrificado a
Lamont , el que fuera secretario de comercio decidió abandonar la vivienda que
permaneció abandonada hasta la década de los setenta. Pese a no vender la casa
hasta el día de su muerte, Lamont jamás volvería a pisar la mansión de
Summerwind.
Mansión de Summerwind (Photo found online) |
La casa por lo tanto permaneció abandonada durante casi
cuatro décadas, hasta que a principios de los setenta Arnold y Ginger Hinshaw
compraron la casa para vivir junto a sus hijos. La vida en Summerwind nunca fue
fácil para los Hinshaw, ya que desde el
primer momento pudieron vivir muchos fenómenos extraños tales como puertas y
ventanas abriéndose y cerrándose solas sin ninguna explicación racional. Por
desgracia esto no fue lo único que pudieron ver ya que también aseguraron ver
extrañas sombras oscuras pululando por toda la casa, que hicieron que la
familia viviera más de una terrorífica noche. A parte de toda esta
fenomenología que ya era terrorífica por si misma también pudieron escuchar
pasos donde tras mirar no había nadie e incluso el chirrío de dientes en
dependencias oscuras de la casa. Muchos aparatos eléctricos se detuvieron sin
ningún tipo de explicación para no volver a funcionar hasta pasados unos
minutos. Muchos de estos aparatos incluso se estropearon y cuando un técnico
los reparó volvieron a estropearse. Otro de los sucesos que pudieron presenciar
algunos miembros de la familia, fue la
aparición del espíritu de una mujer moviéndose de adelante a atrás.
Pese a toda esta actividad paranormal la familia no abandonó
la casa, sino al contrario decidieron realizar algunos arreglos en la vivienda
para preservar este edificio histórico. Cuál fue su sorpresa que cuando
contrataron a varios trabajadores para reparar la casa, estos no quisieron ir a
reparar la casa alegando siempre enfermedades, hasta que uno de ellos les aseguró
que ningún trabajador de la zona querría ir allí porque sabían que la casa
estaba embrujada y temían lo que les pudiera pasar.
Tras encontrarse con la negativa de todos los obreros de la
zona decidieron hacerlo ellos mismos. Un día mientras Arnold estaba pintando
uno de los armarios de una de las habitaciones de la estancia, movió este
mueble para pintarlo por detrás y se dio cuenta que había un estrecho agujero
negro. Tras este hallazgo decidió pedirle una linterna a su esposa para ver que
había dentro del agujero en la pared por lo que tuvo que arrastrarse hacia
dentro. De repente pudo ver un cadáver dentro pero sin llegar a distinguir de
que era este cuerpo. Debido a que no pudo entrar más llamó a una de sus hijas
para que se metiera en el agujero. La elegida fue su hija María que
obedientemente hizo lo que su padre la había encargado. La niña pego un grito
estremecedor debido a que aquel cuerpo se trataba de un cadáver humano. Más
concretamente solo había una calavera con pelo, un brazo y una pierna. Nadie
sabe el por qué pero los Hinshaw jamás denunciaron este hallazgo por lo que
muchos creen que pudo ser inventado para explicar el encantamiento de la casa.
Lo que sí que es verdad es que a partir de este momento todo
empeoró ya que Arnold comenzó a hacer cosas muy extrañas que terminaron con una
enfermedad nerviosa y su mujer por su parte intentó suicidarse en varias
ocasiones. Tras esto abandonaron la casa
y el señor Hinshaw fue ingresado en un hospital para tratar su enfermedad mientras
que Ginger y los hijos se fueron a vivir con los padres de esta.
Ginger y Arnold se divorciaron. Ginger se caso con otro
hombre con quién fue muy feliz y quien la ayudó a olvidar sus intenciones
suicidas. Toda había vuelto a su normalidad hasta que el padre de Ginger,
Raymond Bober anunció que iba a comprar la casa para convertirla en un
restaurante y posada que por su historia atraería a muchos turistas. Lo que él desconocía, porque
su hija no se lo había contado eran todos los fenómenos que habían ocurrido.
Cuando todo estuvo a punto de cerrarse Ginger contó todo lo que ahí, había
sucedido incluso lo del cadáver que encontraron. Cuando el nuevo esposo de esta
fue al agujero para ver los restos, estos habían desaparecido, negando todos
que los hubieran quitado. Algunos pensaron que las fuerzas espirituales se los
habían llevado, mientras que otros tacharon a Ginger de mentirosa. Nunca
sabremos eso… Lo que sí que sabemos es el nombre del espíritu central de ese
encantamiento. Se trata de Johnatan Carver, un explorador del siglo XVIII
Finalmente el padre
de Ginger decidió no comprar la casa. La casa quedó definitivamente abandonada.
En el verano de 1989 durante una tormenta un rayo cayó sobre la casa
destrozándola prácticamente por completo. Lo más curioso de todo esto es que
había árboles alrededor mucho más grandes que la vivienda y sin embrago
quedaron intactos. Muchos han asegurado que fueron los propios fantasmas los
que hicieron que la casa quedara reducida a escombros.
Víctor H.S.
Víctor H.S.
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