Errantia por el mundo, abre en esta ocasión su particular
atlas, para trasladaros a otro lugar, donde lo imposible se hace posible. Hasta
ahora solo os hemos hablado de los típicos lugares donde los fenómenos
paranormales, son muy fáciles de encontrar. Estos sitios suelen ser viejos
hospitales, antiguas mansiones o antiguos hoteles. En esta ocasión vamos a dar
un pequeño paso más y nos vamos a trasladar hasta un faro, si habéis oído bien,
en estos lugares también el misterio y lo paranormal pueden hacerse presentes.
Nuestro protagonista de hoy es el faro de San Agustín,
situado en la soleada Florida, más concretamente en la Isla Anastasia a unos 340 kilómetros de la capital
Tallahassee en Estados Unidos.
El actual faro no fue el primero en ser construido, sino el
segundo. Tampoco ha sido siempre un faro, cuando los españoles llegaron hasta
Florida en el siglo XVI, construyeron una torre de vigilancia que fue arrasada
por los piratas durante la época de oro de la piratería entre finales del siglo
XVII y mediados del siglo XVIII. Una vez
destruida la torre, las autoridades españolas decidieron reconstruirla como un
faro en 1737 hecho de roca coquina.
Este faro logró soportar el paso de los años hasta 1880,
cuando cayó dentro del mar por el paso del tiempo y el deterioro de la roca. No
fue hasta 1884, ya en pertenencia inglesa, cuando se construyó el actual faro,
esta vez con material mucho más duradero y resistente.
Faro de San Agustín (Photo found online) |
Durante la Segunda Guerra Mundial este viejo faro, sirvió
como torre de vigilancia para evitar posibles incursiones enemigas mediante
submarinos. En 1955 el faro fue automatizado y en 1994, pasó a ser un museo,
aunque nunca ha dejado de alumbrar a los barcos en las oscuras noches. Desde
que hay registros han vivido tres fareros en el lugar, pero sin ninguna duda el
más famoso de ellos fue Joseph Andreu que trabajó en este lugar durante más de
treinta años y que murió al caerse mientras pintaba el faro. Su sucesor, un
inmigrante danés Peter Rasmussen, quien también pasó allí muchos años también
ha sido visto en el lugar haciendo lo que más le gustaba fumar puros mientras
trabajaba. Algunos trabajadores del actual museo han asegurado haber olido humo
de puro a altas horas de la madrugada, al igual que haber visto seguidamente
huellas realizadas con botas de pesca en la moqueta del suelo. ¿Acaso es que
ambos amaban tanto el lugar que sus espíritus se han quedado aquí para vigilar
durante la eternidad el faro?
Sin embargo, la historia más triste es la que protagonizaron
dos hermanas en 1873, cuando acompañaban a su padre, un reputado arquitecto que
fue hasta el lugar para proyectar algún reforzamiento para la torre que
finalmente caería en 1880, como hemos dicho.
Las dos niñas de 13 y 15 años respectivamente decidieron
hacer una travesura que finalmente fue fatal. Las chicas cogieron un carro con
el que los operarios se dedicaban a transportar material desde una bahía
cercana hasta el faro, sufriendo un terrible accidente que las costó la vida.
Ambas niñas son los fantasmas más vistos del faro. A la
mayor de las dos incluso se la ha llegado a ver con el vestido con el que murió
aquel fatídico día. Muchas han escuchado a dos niñas jugando y riendo y cuando
se acercaban al lugar, pensando que podía tratarse de intrusos no había
absolutamente nadie. Otros sin embargo las han visto asustadas y llamando a su
padre, al cual jamás volverían a abrazar.
Los espíritus menos recurrentes de este sitio son trece
piratas, que según cuenta la leyenda fueron quemados vivos detrás del faro por
los españoles, cuando estos ocupaban el faro. La verdad es que si lo pensamos
bien esta historia no tendría anda de descabellado, debido que en la época
colonial española, Florida estaba llena de piratas.
Nuestro último fantasma de este artículo es el de una mujer
que nadie sabe de dónde, puede salir,
que en forma de espectro va pidiendo ayuda. Algunos piensan que puede tratarse
del espíritu de una prostituta que pudo ser violada y asesinada en el lugar.
Víctor H.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario