Situado a la
falda del monte mágico del Moncayo y muy
cercano a la localidad de Tarazona se encuentra el sanatorio de Agramonte,
un hospital bastante moderno para la época en la que fue construido.
Su historia comenzó como refugio de montaña para excursionistas, para luego
pasar en los años veinte a construirse un hotel para las familias más
adineradas de la época, hasta que en 1936 debido al comienzo de la Guerra Civil Española quedó en
desuso hasta el año 1939 cuando las hermanas de la caridad de Santa Ana se
hicieron cargo del lugar e instauraron allí el sanatorio antituberculoso de
Agramonte para albergar a los enfermos de tuberculosis. Tras la
contienda y habiéndose decido que iba a ser un sanatorio, las autoridades de la
época construyeron una capilla pegada al centro sanitario.
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Sanatorio de Agramonte |
Las
creencias de la época aconsejaban que el respirar aire puro hacia mejorar la
salud de los enfermos, por esa razón la dictadura de entonces inauguro
hospitales de este tipo por toda la geografía de España.
El
propio sanatorio constaba de distintos módulos donde se implantaban talleres de
costura, de punto, incluso de teatro, donde se hacían varias representaciones
teatrales al año para mantener el ánimo y entretener a los pacientes.
A
unos 500 metros
del hospital, se encuentra un pequeño cementerio donde enterraban a los
enfermos que fallecían allí y sus familiares no podían sufragar los gastos del
traslado. Hace algunos años este fue
profanado por vándalos, y los restos que quedaron se trasladaron al cementerio de San Martín del
Moncayo.
Debido
al avance medico de la tuberculosis, el número de pacientes empezó a disminuir,
es por ello que tras más de cuarenta años de funcionamiento se vio obligado
a cerrar
sus puertas en septiembre de 1978 para caer en el olvido.
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Edificio principal del sanatorio |
Tras un largo viaje desde diversos puntos de España y
reponer fuerzas, nos desplazamos hasta el que iba a ser “nuestro hogar” durante
aquel sábado de abril, el sanatorio antituberculosos de Agramonte, uno de los
lugares que ningún investigador debería dejar de visitar.
Comenzamos a caminar entre pinares, con nuestro pensamiento
puesto en que nos depararía aquella noche en uno de los sitios más emblemáticos
del misterio en nuestro país. Tras unos minutos caminando, apareció ante
nosotros, como retenido en el tiempo y esperando nuestra llegada con
impaciencia. Al llegar a este emplazamiento todos enmudecimos y nos limitamos a
observar este sitio tan especial, donde muchas personas se habían topado con lo
imposible.
Por un momento cerramos los ojos y nos imaginamos este sitio
en activo, lleno de vida, con sus habitaciones y pasillos en pleno rendimiento.
Debido a su lamentable estado fue muy difícil imaginarlo, ya que como viene a
ser habitual en estos sitios, el lugar estaba completamente arrasado por los
actos vandálicos y los grafitis. No quedaba ningún resquicio de que aquello
hubiera sido un hospital. Desde un primer momento, el sanatorio nos transmitió
mucha soledad y pena a todos. Esta clase de lugares que han albergado todos
esos sentimientos tan humanos como son la alegría por la recuperación o la
tristeza por el fallecimiento, de algún modo quedan impregnados para siempre,
pero este especialmente transmitía mucha pena.
Este emplazamiento, está situado
en un paisaje idílico, rodeado de pinos, cuyo ambiente, estamos seguros ayudó a
muchas personas. Cuando pude oler el frescor que desprendían los pinos, me paré
a pensar que estaba respirando aquel mismo aire que ayudaba a los pacientes a
sanar de aquella nefasta enfermedad que era la tuberculosis. Estoy convencido
que la belleza del lugar, ayudaba a las personas a no pensar en su enfermedad y
por lo tanto muchos estarían animados y se verían con fuerzas para sanar.
Entramos por la zona de la capilla, en la que pudimos ver
diversos símbolos satánicos. Más que probablemente se celebrarían rituales de
índole satánica. Al ver todos estos símbolos, la verdad es que no nos sentimos
demasiado a gusto. Por desgracia en estos lugares es muy habitual la
celebración de distintos rituales satánicos y de magia negra.
Al llegar al sanatorio comenzamos a recorrerlo de arriba
abajo, como suele ser habitual en nuestras investigaciones para descartar las
zonas peligrosas a las que no iríamos de noche. Afortunadamente el hospital se
encontraba en bastante mejor estado de lo que pensábamos. La única zona que
parecía más afectada por el paso de los años era la segunda planta. Tanto la
primera planta como el sótano estaban dentro de lo que cabe en bastante buen
estado pese a los numerosos destrozos.
Nuestra sorpresa fue que por la tarde cuando llegamos
pudimos ver a muchos excursionistas que se atrevían a adentrarse en el viejo
sanatorio. Tuvimos la oportunidad de hablar con algunos de ellos, los cuales
nos dijeron que no habían visto ni sentido nada extraño en el lugar en algunas
de sus visitas anteriores.
Tras el recorrido inicial en el que estuvimos realizando
fotografías y tomas de vídeo diurnas en todo momento, comenzamos a buscar el
famoso cementerio del sanatorio, en el que fueron enterrados numerosos
pacientes que no superaron la enfermedad y en el que varios nichos fueron
profanados hace unos años. Tras preguntar a varias personas que parecían
conocer el lugar dimos con él. En este cementerio ya no quedaban cadáveres, ya
que los que no fueron profanados fueron llevados al cementerio del pueblo
cercano, para evitar que este hecho bochornoso se volviera a producir.
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Pasillo curioso |
Tras varias horas de incansable recorrido decidimos parar,
durante algunos minutos para reponer fuerzas y comenzar con la investigación
nocturna. Tras esto nos dividimos en dos grupos para realizar diversas pruebas.
Uno de los grupos se desplazó hasta un pasillo, situado en el sótano del
sanatorio y el otro grupo se fue a la capilla. Ambos grupos tuvimos que parar
momentáneamente nuestras pruebas ya que escuchamos personas por los exteriores
del hospital.
Una vez aclarado el tema, los amigos que fueron al sanatorio
a hacer lo mismo que estábamos haciendo nosotros, se unieron a nosotros en
busca del misterio, ya que todos pensamos que era mejor estar juntos, debido a
que si unos estábamos por un sitio y los otros por otro, podríamos captar
numerosos falsos positivos.
Tras organizarnos en tres grupos, unos fuimos a la capilla y otros se adentraron en los
exteriores del cementerio. El otro grupo volvió al pasillo en el sótano donde
alguno de los presentes se había aquejado de dolores de cabeza durante nuestra
inspección previa en este lugar, que desaparecieron al abandonarlo, ¿acaso, que
ocultaría este pasillo? El objetivo de los tres grupos era claro, intentar
comunicarnos con las posibles energías que habitaban el sanatorio e intentar
ayudarles. Hasta este momento el misterio se nos estaba mostrando un tanto
esquivo. Lo único que conseguimos captar fueron algunas incursiones
psicofónicas leves, captadas por la grabadora de nuestro compañero Gus cuando
realizamos pruebas en la capilla antes de interrumpirlas.
El grupo que se desplazó hasta la capilla, uso varios
sensores de movimiento y el REM Pod, a parte de grabadoras y de la caja de los
espíritus. En ese momento no recibimos ninguna repuesta que podamos decir que
era de origen paranormal con la Spírit Box. Lo que sí que ocurrió fue, que uno
de los sensores lumínicos que llevábamos saltó de repente sin que ninguno de
nosotros lo activara. Estamos analizando el audio para ver si logramos captar
alguna incursión psicofónica.
Los que sí que tuvieron una actividad bastante extraña,
fueron los compañeros que se desplazaron hasta los alrededores del sanatorio.
Tras preparar la aparatología, comenzamos a realizar una
sesión psicofónica en la que recibimos algunas respuestas inteligentes a
nuestras preguntas.
Aquello nos motivó para intentar hacer un pequeño
experimento con nuestros sensores de movimiento, obteniendo un resultado más
que interesante. Al poco tiempo de instalarlos y en el momento en el que
nuestro compañero Abel, les invitaba a tocar los sensores, estos se activaron
sorprendentemente. Lo más curioso de
esto es que solo se activaban cuando nuestro compañero Abel les pedía que lo
hiciesen. Todo esto fue realmente increíble, acaso ¿vieron algo interesante en
los sensores o en nuestro compañero y por eso lo activaban?
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Cementerio del sanatorio |
Las sorpresas no terminaron con esto, ya que nuestro
compañero Víctor F. decidió realizar una prueba de aislamiento en esta zona,
por lo que se quedó completamente solo en los alrededores del cementerio del
sanatorio realizando una prueba psicofónica, en la que pudo escuchar y grabar
un paso bastante extraño, que no podía ser de un animal pequeño ni grande ya
que lo hubiera visto, y ahí no había absolutamente nada ni nadie.
El misterio empezaba a mostrarse de un modo inquietante.
Tras estas pruebas decidimos hacer dos pruebas bastante curiosas que hasta el
momento no habíamos hecho nunca. Una de ellas consistía en poner en frente del
REM Pod, un oso de peluche, ya que sabíamos que muchos los pacientes de este
sanatorio habían sido niños, para que nos sirviera como objeto desencadenante.
Finalmente así fue ya que durante unos segundos el REM Pod
se activó de una manera bastante curiosa. ¿Habría alguien jugando con el
juguete?
La otra prueba que hicimos, para ver si alguno se sentía
identificado con nosotros, fue ponernos una bata blanca, debido a que en otros
centros sanitarios en los que habíamos estado, las energías que habitaban el
lugar mencionaron a algunos de nuestros investigadores, por lo que pensamos que
quizás pudieron confundirnos con un médico. Fuimos recorriendo esos solitarios
pasillos con la bata, pero a falta de análisis, ninguno de los que nos pusimos
la bata sentimos nada anómalo.
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Parte de nuestro equipo |
Tras estas pruebas una parte del grupo tuvo que irse ya en
dirección a casa y nos quedamos tres personas, que fuimos a dar una última
vuelta por este sitio mítico, hasta que a las tres de la madrugada pudimos ver
como llegaban cinco chicos, por lo que decidimos terminar la investigación, ya
que los resultados podrían haberse visto afectados y a que teníamos un largo
camino de vuelta a casa.
Realmente fue una investigación bastante tranquila a
excepción de algunos detalles, la verdad es que el misterio no quiso
mostrársenos como en otras ocasiones. El sitio en parte nos defraudo a todos un
poco con todas las cosas que se habían oído sobre él.
No podemos ser rencorosos ya que a veces en esta clase de
sitios pueden pasar estas cosas, muchos están equivocados si se piensan
que en cada investigación, los
investigadores vivimos auténticas películas de terror, a veces el misterio de
algún modo es caprichoso y no quiere mostrarse, lo que si nos prometimos fue
que algún día volveremos a ver si lo que se nos mostró en parte tan esquivo, se
nos muestra.
V. Pelegrina
Víctor H.S.
Gus Rodríguez