En 1899 se inauguraba, en una de las laderas de la montaña del Tibidabo, concretamente en la carretera que lleva a Sant Cugat, el Gran Hotel Restaurante de “ L´Arabassada”, obra del arquitecto francés Lechavalier Chevignard, que pronto se convertiría en uno de los centros de diversión de la Barcelona más glamorosa. Diez años más tarde, el proyecto se ampliaría con la construcción por el arquitecto catalán Andréu Audet i Puig del Casino de L´Arabassada, que fue
inaugurado el 15 de julio de 1911 con un banquete para más de 300 invitados.
En este ambiente de “excesos” pronto apareció una leyenda negra, la de la existencia de una discreta “habitación de los suicidios” en la cual los jugadores menos afortunados, después de haber arruinado su patrimonio, ponían fin a su vida.
En 1919 se trató de reactivar el negocio buscando un público más familiar, potenciando las atracciones y tratando de conseguir la vuelta de extranjeros, pero al prohibir el General Primo de Rivera el juego en 1928 se condena definitivamente a L´Arabassada, cerrando definitivamente en 1934 .
Hasta este fantástico lugar nos desplazamos Gus Rodriguez y Víctor Fernández de Errantia y nuestros amigos Chus Martínez, Miguel Ángel Gómez, y Albert Martin.
Sobre las 22:00 llegamos al lugar y tras unos minutos contemplando la belleza de sus jardines y sus estatuas nos dirigimos a la sala principal superior donde decidimos instalar allí nuestro campo base.
Una vez revisado nuestro equipo y decidido en qué lugares colocar nuestros sensores y cámaras, nuestro compañero Gus hizo la primera conexión con el programa “La Puerta del Más Allá” donde les paso a relatar un poco la historia del lugar y sus leyendas.
Mientras avanzaba la noche y tras unos pequeños picos en el detector de campos electromagnéticos en algunas zonas del salón, decidimos colocar las grabadoras y hacer unas sesiones psicofonicas donde obtuvimos algunos resultados audibles.
Al finalizar las sesiones de psicofonías y las pruebas con la caja de los espíritus de la cual no obtuvimos ningún resultado óptimo, decidimos recrear un “momento desencadenante de la historia” del lugar, con lo que optemos por realizar una partida de póker en mitad del gran salón con nuestros equipos grabando por si ocurría algún fenómeno.
En uno de los momentos de la partida y mientras se hacía un barrido fotográfico, podemos observar como en una de las fotos se aprecia como la caja de la baraja de cartas que se encontraba en el suelo parecía estar levitando. No sabemos si se debe algún efecto óptico provocado por algún montículo de tierra donde estuviera apoyada la caja, pero no deja de ser curiosa la imagen.
Víctor Pelegrina
Gustavo Rodríguez
Historia: Fuente,Jordi Bosch