El sanatorio antituberculoso General Varela fue proyectado en el año 1938 y cuya construcción comenzó un año antes en la época de la posguerra. El imponente edificio principal fue construido Por prisioneros de guerra en un monte cercano a la localidad de Quintana del Puente, los lugareños cuentan que durante las obras se fundaron muchas familias, fruto de las bonitas historias de amor entre los obreros forzosos y las chicas de Quintana.
A mediados de la década de los 50 los nuevos fármacos y antibióticos erradicaron en su totalidad la tuberculosis con lo cual el sanatorio antituberculosos dejo de ser útil y cerró sus puertas pero solamente durante muy poco tiempo, ya que, en 1955 pasó a convertirse en la Colonia Infantil General Varela que albergaría a hijos de militares en régimen de internado.
El sanatorio y posteriormente la colonia estuvo atendido por las mojas mercedarias y llego a dar trabajo a mas de 70 familias del pueblo. Este lugar, era conocido popularmente por los habitantes de la zona como "la colonia" el cual dio trabajo a muchos vecinos del pueblo.
En 1952 se construyeron cerca del edificio principal tres edificios de pisos para los empleados de la colonia, posteriormente se levantaron viviendas para los mandos militares y los maestros que impartían sus clases en el internado.
Este sitio por lo que podéis leer, está compuesto por muchos edificios que sirvieron para distintas cosas, por lo que como imaginaréis la parcela que los alberga es bastante grande, podríamos decir que es como si fuera un pequeño pueblo.
La investigación se desarrolló en un auténtico clima de melancolía, debido al día lluvioso que hacía y a que el sitio transmitía mucha pena al haber sido completamente vandalizado. Pese a esto decidimos, no sin jugárnosla realizar esta investigación, en un sitio que es cuestión de tiempo que se venga abajo.
Al llegar al pueblo cercano a la Colonia, las sensaciones eran de soledad, debido a que apenas vimos personas por la calle, también es verdad que el día tampoco era el idóneo para salir a la calle. De todos modos se nota que al cerrar este emplazamiento, la vida de algún modo se ralentizó en este lugar. Según pusimos saber la Colonia Infantil General Varela era muy importante para el pueblo.
Durante nuestro paseo por estas solitarias calles íbamos pensando, en que es lo que nos podíamos encontrar en este sitio en el que íbamos a estar durante todo el día, ¿conseguiríamos contactar con aquellos que perdieron la vida aquí, cuando esto era un sanatorio para tratar la tuberculosis?
Otra pregunta que nos hacíamos era si conseguiríamos hablar con alguien que hubiera vivido ambas épocas, tanto la época en la que este complejo fue un sanatorio como en la que fue una Colonia Infantil. Afortunadamente tuvimos mucha suerte en este aspecto, ya que encontramos a la dueña de una tienda, que nos estuvo atendiendo muy amablemente durante un buen rato. Esta señora, nos contó como recordaba cuando los pacientes venían a este sanatorio a sanar de esa nefasta enfermedad que era la tuberculosis. Nos llegó a decir incluso, que muchos de estos enfermos no llegaron vivos al sanatorio, ya que su enfermedad estaba tan avanzada, que3 los pobres murieron en el tren de camino al sanatorio.
No sabemos cuántas personas fallecieron en este hospital, víctimas de la tuberculosis, lo que sí sabemos es que muchas fueron enterradas en el cementerio del pueblo en tumbas comunes, cubiertos con cal viva, para evitar contagiar al resto de la población. Intentamos ir al cementerio para rendir un homenaje a las víctimas, pero desgraciadamente no pudimos entrar porque se encontraba cerrado, aun así cada uno a nuestro modo interiormente les deseamos que tuvieran su merecido descanso.
Tras esto, fuimos ya con nuestros coches en dirección a nuestro punto de investigación donde pasamos el resto del día y de la noche. Al llegar a la Colonia Infantil Varela no pudimos creer lo que estábamos viendo, el sitio estaba completamente devastado, no queríamos creer lo que nos habían dicho en el pueblo, que gente por no llamarles de otro modo había subido hasta ese sitio con camiones para robar las robustas vigas de hierro que sujetaban las distintas partes del edificio, pero tristemente esto fue así , las vigas principales estaban completamente desaparecidas y los suelos de las plantas superiores caídos al no tener un soporte donde sujetarse. En este lugar, no eran solamente pequeñas roturas o pintarrajeos, era mucho peor.
Pese a encontrarnos con esa auténtica ruina, nosotros empezamos a realizar la tarea que nos había llevado hasta aquí en este desapacible día, que consistía en realizar un homenaje a todas las personas que pasaron gran parte de su vida aquí tanto en la época en la que esto fue un sanatorio, como en la época en la que esto fue un colegio y por supuesto realizar una investigación paranormal, para ver si algún eco del pasado seguía aquí.
Los primeros minutos los dedicamos a realizar como suele ser habitual en nuestras investigaciones, un barrido fotográfico y un reconocimiento previo de las instalaciones.
Este recorrido tuvimos la gran suerte de poder realizarlo junto a Carlos y Lucia. Carlos conocía este sitio mejor que nadie, debido a que pasó varios años de su vida estudiando en esta Colonia. A ambos queremos agradecerles públicamente de corazón, el habernos acompañado durante gran parte de la jornada. En todo momento durante la exploración previa ambos fueron acompañándonos y Carlos fue contándonos un poco como era la vida en la Colonia antes de ser pasto de los enemigos del misterio. Gracias a su gran testimonio pudimos imaginarnos como eran estas ruinas cuando aún estaba bien t estaba lleno de niños, con sus inquietudes sus ganas de jugar y en fin sus ganas de vivir la vida. Es la primera vez que en Errantia contamos con un testimonio de una persona que estuvo en el lugar donde posteriormente realizaríamos nuestra investigación y la verdad que fue una experiencia increíble gracias a su gran testimonio. La entrevista entera podréis verla en el vídeo que saldrá en las próximas fechas.
Tras esta exploración llegó el momento de descansar y reponer fuerzas durante unos minutos, ya que, sabíamos que iba a ser un día bastante largo, pero estábamos completamente seguros de que este emplazamiento nos traería grandes sorpresas…
Durante estos minutos en los que estuvimos comiendo, pasó una cosa a la que no logramos darle una explicación, aunque tampoco negamos que la tenga. Algunos de nuestros investigadores escucharon unas voces que aparentemente venían de la nada, ya que no vimos a nadie en las inmediaciones del lugar de investigación. Lo inexplicable parecía que quería empezar a examinarnos.
Tras la comida comenzamos a realizar diversas pruebas en distintas zonas de la Colonia. Mientras caminamos hasta el complejo donde íbamos a empezar con una sesión con la Spirit Box, nos encontramos con unos chicos del pueblo cercano a donde nos encontrábamos nosotros que estaban dando un paseo con un perro. Les invitamos a que nos acompañaran a realizar estas primeras pruebas. Una vez llegamos al edificio donde hicimos la primera sesión de Spirit Box, no perdimos ni un segundo y empezamos a hacerla. En esta primera prueba lo más destacable fueron algunas de las voces que salieron a través de la caja de los espíritus. Sin ninguna duda lo mejor de esta primera prueba fue que el perro que acompañaba a estos chicos, que había estado tranquilo durante toda esta sesión pese al atronador ruido que emite la Spirit Box, comenzó a mostrarse intranquilo y asustadizo.
Tras estas pruebas nos dividimos por primera vez unos se fueron a rodar planos por toda la colonia, mientras que otro grupo seguimos junto a los chicos en el edificio realizando pruebas, tanto psicofónicas como con la Caja de los Espíritus. Durante este rato volvieron a pasar cosas a las que no conseguimos darle respuestas, ya que de nuevo volvimos a oír una voz que parecía venir de la nada.
Tras varias pruebas con la Spirit Box sin resultados aparentes, volvimos a reunirnos todos para empezar la investigación nocturna. Mientras esperábamos a que vinieran dos de nuestros compañeros y junto a Carlos y Lucía, en uno de los edificios de la Colonia, algunos de nosotros pudimos ver una luz como de linterna viniendo hacia nosotros. En un principio supusimos que podía tratarse nuestros compañeros que aun faltaban, pero al asomarnos y llamarles no pudimos ver a nadie y ellos vinieron por otro lado. Lo más lógico era pensar que no estábamos solos y que otras personas estaban merodeando por ahí, lo curioso que el resto de la noche no vimos a nadie más que no fuéramos nosotros mismos. ¿Quizás vieron nuestras luces y se fueron? No lo sabremos nunca.
Tras reponer fuerzas, preparamos el equipo nocturno y nos dirigimos a uno de los puntos que nos habían asegurado que era caliente. La supuesta sala de autopsias del sanatorio, donde realizamos varias pruebas, obteniendo resultados psicofónicos que podréis ver en el vídeo.
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Sala de autopsias |
Tras estas pruebas decidimos ir a otro punto caliente, la torre que en su día albergó a pacientes de tuberculosis a punto de morir, pero tuvimos que abandonarlo ya que el estado de esta parte era lamentable y lo primero era nuestra seguridad, por lo que nos fuimos a donde habíamos hecho nuestro campamento base. Durante este camino uno de nuestros investigadores, escuchó un grito estremecedor de mujer proveniente de un patio que había ahí. Como podéis imaginar fuimos lo más rápido que pudimos hasta esta zona para ver si obteníamos resultados con varias pruebas, no teniendo demasiada suerte en las que realizamos. Aun quedan muchos audios y vídeos que revisar y estamos seguros que alguna sorpresa nos depararán.
Tras estas pruebas fuimos al campamento base a realizar otras pruebas, aquí colocamos muchos detectores de movimiento tanto sonoros como lumínicos, al igual que una rejilla láser y los Rem Pod.
Antes de realizar esta prueba decidimos probar a hacer un experimento que hasta ahora jamás habíamos realizado el de doble ciego. Esto consiste en poner un mp3 o grabadora reproduciendo preguntas previamente grabadas, sin que nadie este en la habitación durante este experimento. El fin de esto es ver si aunque no estemos nosotros ahí físicamente y solo haya aparatos alguna voz es capaz de interactuar con nuestros dispositivos de grabación.
Todo se desarrolló con mucha calma, tras el experimento de doble ciego comenzamos las distintas pruebas. Hubo un momento en el que a uno de nuestros investigadores le pareció escuchar a mujeres cantando.
Tras este sobresalto, uno de nuestros investigadores, decidió separarse del resto del grupo, para ver si al estar solo pasaba alguna cosa, la verdad la sorpresa fue mayúscula. Según se había apartado del grupo en un pequeño pasillo, escuchó un paso perfecto encima de los escombros. Al darse la vuelta pensando que se trataba de alguno de los demás, pudo ver sorprendido como ahí no había nadie. ¿Acaso quiso seguirle alguien?
Tras todas estas pruebas en las que el misterio en parte se nos había mostrado algo esquivo decidimos ir a hacer nuestras últimas pruebas a la parte de las viviendas de los trabajadores.
Cansados por la larga investigación que habíamos realizado, nos dispusimos a realizar nuestras últimas pruebas de la noche en los edificios principales donde en su día vivió el personal de la colonia.
Al tratarse de tres inmensos edificios decidimos separarnos en dos grupos para realizar diversas pruebas. Cuando empezamos con la sesión de Spirit Box el Mel meter de uno de nuestros compañeros comenzó a dar picos de 0,2-0,3 mG. Tras ver esto decidimos apagar el dispositivo por si era algún problema del aparato o estuviera mal calibrado. Una vez lo volvimos a encender marcó de nuevo 0.0 mG pero en cuestión de segundos volvió a dar picos de 0,2-0,3mG.
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Pasillos Varela |
En ese momento nuestro compañero empezó a sentir una opresión en el brazo izquierdo a la altura del bíceps como si alguien le estuviera tocando, mientras la sesión de Spirit Box continuaba, otro de nosotros empezó a sentir que le están tocando y que una electricidad estática recorría su cuerpo empezando desde los pies para subir hasta la cabeza.
Tras esto nuestro investigador preguntó si le estaban tocando a lo que una voz le contestó sí.
En el otro edificio en el que se encontraban dos de nuestros investigadores, las cosas fueron tranquilas hasta que uno de nuestros investigadores escuchó una voz clara que decía, hola. Aquí nos pasa como antes, no sabemos si quizás alguien pudiera estar merodeando por el lugar, desde luego verlo no lo vimos.
Tras muchas horas de investigación decidimos poner el punto y final a esta investigación, con varias preguntas pendientes por contestar. ¿Qué serían esas voces que escuchamos en varios momentos? ¿Serían voces del más allá intentando llamar nuestra atención? o ¿Habría alguien a quién no vimos intentando gastarnos una broma? ¿Qué sería ese espeluznante grito de mujer?
No sabemos responder ahora mismo a todas estas cuestiones, pero lo que si podemos decir es que si el sitio sigue en pie en un tiempo volveremos a ver que respuestas encontramos.
Abel Montes Corresponsal de ERRANTIA para Castilla y León
Víctor H.S.