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Equipo de investigación de fenómenos paranormales. Somos un grupo de personas serias y responsables que pretende no sólo demostrar la existencia de otras realidades paralelas a la nuestra y la vida más allá de la muerte, sino también el ofrecer ayuda desinteresada a aquellas personas que estén sufriendo molestias en sus hogares, lugares de trabajo, etc. por la presencia de entes negativos. Contamos con una ámplia experiencia de campo en multitud de localizaciones y emplazamientos por toda la geografía española. Disponemos de un variado y nutrido equipamiento técnico de calidad que ponemos enteramente a su disposición. No dude en contactar con nosotros enviando un correo a errantiainvesparanormal@gmail.com, le ayudaremos.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El tablero maldito: Caso Cañitas


Tenemos el honor de inaugurar hoy una nueva sección en la página de Errantia. Esta sección se llama casos reales, en ella os relataremos historias reales que le han pasado a personas normales, como vosotros. Gente que sin quererlo se topó con lo insólito, lo imposible, con el misterio en su máximo esplendor. Muchas de las historias que aquí os relataremos se parecerán a un guión de Hollywood, pero con la gran diferencia de que estas son reales. Sus protagonistas quedaron marcados por estos sucesos y sus vidas, probablemente no volverán a ser nunca iguales.    

Hoy inauguramos casos reales con uno de los casos más raros de los que Errantia ha tenido constancia. Se trata del caso “Cañitas”.  Puede que lo que vayáis a leer, os parezca sacado de un guión de Hollywood, pero por desgracia, es un caso real, que nos muestra el peligro de jugar con lo que desconocemos, lo que no podemos controlar.
Tablero ouija (photo found online)
El tablero ouija, no es apto prácticamente para nadie, ya que, podemos abrir puertas, que quizás deberían haber permanecido cerradas. Estamos convencidos de que este no será el único caso sobre la ouija que os traeremos, pero si probablemente el más impactante y en el que más personas hayan fallecido.

El caso “Cañitas” nos obliga a hacer las maletas para viajar hasta Méjico, más concretamente hasta el corazón de Méjico D.F., en el barrio de Popotla. En la calle Cañitas número 51, siete jóvenes se dispusieron a realizar una sesión de ouija en mayo de 1982. Su propósito era contactar con el ex novio fallecido de una de estas jóvenes, el cual no había fallecido y había fingido su muerte para probablemente abandonar a esta chica. Todo comenzó de forma normal, hasta que el tablero comenzó a moverse con vida propia y a insultar a los participantes en esta sesión. Más concretamente el tablero les dijo: “Yo no soy el novio de tu puta madre”. A partir de este momento según contó el único superviviente de esta maldita ouija, Carlos Trejo comenzaron a pasar cosas muy extrañas. El tablero pareció poseer a uno de estos chicos. Esta fuerza sobrenatural hizo que este chico se golpeara la cara hasta destrozársela. También comenzó a realizar posturas imposibles para alguien de su complexión. Al final de esto, el chico con voz gutural, que no era la suya dijo amenazando: “Nunca podrán parar aquello que ustedes desataron”. Tras este macabro mensaje, el chico volvió a recuperar su personalidad.

A partir de este momento comenzaron a suceder los fenómenos extraños en la casa de Cañitas número 51. El primero de estos fenómenos fue la muerte de un cura que intentó ayudarles. El padre Tomás, que así se llamaba el religioso, se cayó de la sacristía y se desnucó. Antes de morir este, les aconsejó que dejaran una biblia abierta, la cual apareció al día siguiente llena de sangre.

Otros fenómenos que vivieron estos pobres chicos fueron, el movimiento de objetos o la aparición de sombras entre otros muchos sucesos. La peor de estas apariciones fue sin ninguna duda la que Norma, una de las participantes de esta ouija pudo vislumbrar mientras iba al baño. La joven pudo observar a una especie de monje con garras rodeado por una niebla espesa. Tras coger esta un crucifijo colgado de la pared, este monje desapareció. 

Esta no fue la única aparición ya que el monje siguió apareciéndose varias veces más e incluso llegó a rasgar a los habitantes de Cañitas número 51. Debido a todos estos fenómenos los habitantes de la casa, decidieron encargar una investigación en la que pudieron comprobar horrorizados, que su hogar había sido construido sobre un antiguo cementerio de los monjes de Takuma, pertenecientes a la Santa Inquisición. También pudieron saber que en esa zona se habían cometido horribles crímenes como torturas o asesinatos por parte de la Inquisición.

Todos estos hechos sumados a la ouija fueron fatales ya que, a la muerte del padre Tomás hay que añadirle la muerte de casi todos los participantes. Lo más extraño es que ninguno de ellos murió de forma natural, uno fue degollado por el parabrisas de su coche tras tener un accidente, otro murió también en un accidente de tráfico que nunca fue aclarado. Otro de estos chicos fue asesinado en un bar por una bala perdida durante un tiroteo. La mujer de Carlos Trejo fue otra de las desgraciadas víctimas ya que murió con tan solo 28 años debido a un tumor cerebral. Lo extraño de esta muerte es que en un principio ningún médico pudo detectar nada hasta la muerte de la joven. Lo más extraño de todo esto fue que cuando la chica acudía a la iglesia sus dolores desaparecían por completo.  

Este “maldito juego” se cobró la vida de catorce personas, que directa o indirectamente tuvieron que ver con este caso. La verdad que este es uno de los casos más raros de los que hemos tenido constancia.

Esto demuestra los peligros que tiene jugar con cosas que no comprendemos, ya que lo que para muchos es un simple “juego” como hemos visto en este caso, a veces termina de muy mala manera. 

No sabemos realmente lo que habrá de mito y de verdad en este caso pero lo que sacamos en claro, es que no se debe jugar con este tablero, ya que aunque a veces no haya nada paranormal detrás, puede llegar a afectar mucho a las personas un poco sensibles y causarles graves trastornos psicológicos. Desconocemos absolutamente todo sobre este tablero, por lo que es mejor no tocarlo, ya que, aunque haya muchos que se consideren expertos, en mi opinión no los hay. Juguemos mejor al  parchís que al menos nos divertirá y no es peligroso.    

                                                                                                                                                 Victor H.S.

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