Quiénes somos...

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Equipo de investigación de fenómenos paranormales. Somos un grupo de personas serias y responsables que pretende no sólo demostrar la existencia de otras realidades paralelas a la nuestra y la vida más allá de la muerte, sino también el ofrecer ayuda desinteresada a aquellas personas que estén sufriendo molestias en sus hogares, lugares de trabajo, etc. por la presencia de entes negativos. Contamos con una ámplia experiencia de campo en multitud de localizaciones y emplazamientos por toda la geografía española. Disponemos de un variado y nutrido equipamiento técnico de calidad que ponemos enteramente a su disposición. No dude en contactar con nosotros enviando un correo a errantiainvesparanormal@gmail.com, le ayudaremos.

sábado, 24 de mayo de 2014

Las cuevas de la guerra


De nuevo nos encontramos en la búsqueda de lo desconocido, amigos de Errantia. Este es un lugar diferente al que estamos acostumbrados, alejado y con  historia, en lo profundo de una montaña y con su cuartel, que en su día defendió este lugar también nos consta, que muchos españoles llegaron hacer el servicio militar. Investigaremos si las voces del pasado siguen impregnando el enclave. Acompáñanos en este viaje!

Nos remontaremos a la época donde en nuestro Territorio Español, sufrió la más terrible de las desgracias que puede sufrir un país, la Guerra Civil, donde muchos cayeron por parte de ambos bandos.
Entrada a las cuevas
El ejército de Franco utilizó dichas cuevas para el almacenamiento del armamento, para suministrar a sus tropas. Dicen que presos trabajaron forzosamente para aumentarlas. Se creó un complejo militar donde se acogería dicho polvorín y se mantuvo abierto hasta 1994,
  cuando se llevó a cabo su  cierre definitivo.


Nos hacemos eco de estas cuevas y nos llegan informaciones donde se dice que en ellas se han realizado, diversos ritos satánicos con fines que se desconocen pero es aquí donde empieza nuestra investigación.

Errantia se desplazó hasta este lugar tan diferente a lo que estamos acostumbrados. En esta ocasión nos reunimos los miembros Victor Haas, Abel Montes y Juan Álvarez, también nos acompañaron en esta ocasión Mary y Yolanda como invitadas.  En la tarde de sábado,  hacia las 18:00 horas llegamos a las ruinas del cuartel anclado entre montañas. Nos encontramos un desolado y abandonado complejo en ruinas, donde tiempos pasados resultaron mejores. 
Parte militar
En una primera exploración al recinto, pudimos observar antiguos puestos de vigilancia, antiguas  estancias, una de ellas parecía ser el hogar del soldado,  donde todavía sigue en pie la barra del bar. Seguimos nuestro recorrido y no nos abandonó en ningún momento la sensación de que alguien, estaba vigilando nuestros pasos. Había un silencio que solo los pájaros y el viento que movía las ramas de los árboles, se atrevían a romper. Empezamos a sacar cámaras de fotos, porque el sitio lo requiere y a tomar primeras impresiones, no dejamos de grabar para dejar constancia de todo lo que podría ocurrir. Mientras investigamos cada uno por su lado nos sorprendió una voz de niña, automáticamente nos miramos unos a otros y preguntamos si lo que acabamos de oír era nuestra imaginación o quien sabe, puede que el viento nos trajera esa voz de niña de algún sitio, ya que a parte de nosotros no había nadie más cerca… o es que acaso estaba con nosotros? …

Cueva
Recorrimos con la luz del día dos de las cuevas. Sus entradas, la profundidad, la rampa, que desde la entrada te invitaba a entrar,  hasta situarte en el corazón de la montaña, las cavidades a lo largo de dicha rampa aparecen donde nos imaginamos que servían para almacenaje del armamento y por supuesto la oscuridad donde poco a poco nos adentramos, te envolvía desde un primer momento. En una de ellas, descubrimos dos círculos concéntricos y otros varios pequeños donde en su parte central se había hecho algún tipo de hoguera en todos ellos, que nos hicieron sospechar de los citados rituales. Nos dejó con ganas de empezar a investigar, tal eran nuestras ganas que nos olvidamos del paso del tiempo ya quedaba poco para que anocheciese, Tocaba reponer fuerzas.


Después de un descanso, elegimos como primer punto el hogar del soldado. Tres cámaras de video, REM Pod y sensores de movimiento fueron colocados estratégicamente en varios puntos del local. Pero sería el REM Pod quien por dos veces nos dio la sorpresa. Nos puso en alerta y empezamos hacer una primera sesión con la Caja de los Espíritus, dos voces débiles surgieron del altavoz, nos dejaron intuir que no estamos solos. Acto seguido, realizamos sesiones con nuestras grabadoras, de momento estamos esperando al análisis del material. Lo que teníamos claro, es que desde que llegamos alguien estaba con nosotros, lo teníamos presente en todo momento.
Cueva

Decidimos recoger el material y dirigirnos hacia las cuevas, empezaba hacer mucho frio y el viento no cesaba de soplar, una vez dentro de la primera cueva la temperatura oscilaba entre 12 y 13 grados, creo que todos teníamos esas ganas de ver que nos podían deparar. En la primera de ellas elegimos el final de la cueva, una explanada circular donde en el medio de ella pudimos observar una enorme columna,  que se elevaba varios metros por encima de nuestras cabezas. Nos dispusimos a colocar las cámaras y todo el material. La rejilla láser, iluminaba gran parte del lugar, con ella detectaríamos cualquier sombra que se nos pudiera cruzar. Un detector láser nos ayudaría en la investigación ya que saltaría un pitido, si alguien pasara por su campo de acción; lo colocamos en una escalera, la cual te llevaba hasta el final de la cueva. Nuestra primera opción fue la Caja de los Espíritus pero no obtuvimos respuesta. En esos momentos el detector láser saltó dos veces en un espacio de 10 minutos. Nos pusimos manos a la obra, mientras las invitadas seguían con la Caja de los Espíritus tratando de encontrar esas voces o que ellas nos encontraran a nosotros, el resto del equipo decidió hacer mediciones con el Mel meter donde nos dio varios picos, después de un rato con nuestras grabadoras dejando constancia de todo, decidimos desplazarnos hasta el tercer y último emplazamiento de la investigación, la otra cueva.
Zona exterior

Con los ánimos todavía intactos y con ganas de más investigación, nos adentramos  hasta la explanada final, donde la columna central nos serviría de punto clave. Ahí, volviendo a utilizar la Caja de los Espíritus empezamos a preguntar, después de varios intentos, el Mel Meter una vez más nos dio unos picos altos y seguidamente una voz de hombre que nos sobresaltó diciéndonos, un hola clarísimo. A continuación una mujer, nos dijo llamarse Belén. Esta voz marcó nuestra investigación. Nos dio a entender que tenía 9 años. Queriendo interactuar con ella  no se llegó a captar mucho más en ese lugar con la Caja de los Espíritus. Solo queda revisar todo el material. Quizás Belén u otras entidades hayan dejado evidencias de que esa noche no estuvimos solos.

Para terminar os diré que esta investigación de antemano mereció la pena, solo por conocer el lugar, recorrer sus cuevas y su historia. Muchas preguntas sin responder. Sin duda, volveremos.

JAG

Fotoreportaje de Las Cuevas de la Guerra

































































Fotoreportaje Víctor H.S.
Fotos Equipo ERRANTIA