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Equipo de investigación de fenómenos paranormales. Somos un grupo de personas serias y responsables que pretende no sólo demostrar la existencia de otras realidades paralelas a la nuestra y la vida más allá de la muerte, sino también el ofrecer ayuda desinteresada a aquellas personas que estén sufriendo molestias en sus hogares, lugares de trabajo, etc. por la presencia de entes negativos. Contamos con una ámplia experiencia de campo en multitud de localizaciones y emplazamientos por toda la geografía española. Disponemos de un variado y nutrido equipamiento técnico de calidad que ponemos enteramente a su disposición. No dude en contactar con nosotros enviando un correo a errantiainvesparanormal@gmail.com, le ayudaremos.

martes, 15 de abril de 2014

Crónica Sanatorio de Agramonte


Situado a la falda del monte mágico del  Moncayo y muy cercano a la localidad de Tarazona se encuentra el sanatorio de Agramonte, un hospital bastante moderno para la época en la que fue construido.

Su historia comenzó como refugio de montaña para excursionistas, para luego pasar en los años veinte a construirse un hotel para las familias más adineradas de la época, hasta que en 1936 debido al comienzo de la Guerra Civil Española quedó en desuso hasta el año 1939 cuando las hermanas de la caridad de Santa Ana se hicieron cargo del lugar e instauraron allí el sanatorio antituberculoso de Agramonte para albergar a los enfermos de tuberculosis. Tras la contienda y habiéndose decido que iba a ser un sanatorio, las autoridades de la época construyeron una capilla pegada al centro sanitario.
Sanatorio de Agramonte


Las creencias de la época aconsejaban que el respirar aire puro hacia mejorar la salud de los enfermos, por esa razón la dictadura de entonces inauguro hospitales de este tipo por toda la geografía de España.
El propio sanatorio constaba de distintos módulos donde se implantaban talleres de costura, de punto, incluso de teatro, donde se hacían varias representaciones teatrales al año para mantener el ánimo y entretener a los pacientes.   
        
A unos 500 metros del hospital, se encuentra un pequeño cementerio donde enterraban a los enfermos que fallecían allí y sus familiares no podían sufragar los gastos del traslado.  Hace algunos años este fue profanado por vándalos, y los restos que quedaron se  trasladaron al cementerio de San Martín del Moncayo.        
                 
Debido al avance medico de la tuberculosis, el número de pacientes empezó a disminuir, es por ello que tras más de cuarenta años de funcionamiento se vio obligado a cerrar sus puertas en septiembre de 1978 para caer en el olvido.

Edificio principal del sanatorio
Tras un largo viaje desde diversos puntos de España y reponer fuerzas, nos desplazamos hasta el que iba a ser “nuestro hogar” durante aquel sábado de abril, el sanatorio antituberculosos de Agramonte, uno de los lugares que ningún investigador debería dejar de visitar.

Comenzamos a caminar entre pinares, con nuestro pensamiento puesto en que nos depararía aquella noche en uno de los sitios más emblemáticos del misterio en nuestro país.   Tras unos minutos caminando, apareció ante nosotros, como retenido en el tiempo y esperando nuestra llegada con impaciencia. Al llegar a este emplazamiento todos enmudecimos y nos limitamos a observar este sitio tan especial, donde muchas personas se habían topado con lo imposible.

Por un momento cerramos los ojos y nos imaginamos este sitio en activo, lleno de vida, con sus habitaciones y pasillos en pleno rendimiento. Debido a su lamentable estado fue muy difícil imaginarlo, ya que como viene a ser habitual en estos sitios, el lugar estaba completamente arrasado por los actos vandálicos y los grafitis. No quedaba ningún resquicio de que aquello hubiera sido un hospital. Desde un primer momento, el sanatorio nos transmitió mucha soledad y pena a todos. Esta clase de lugares que han albergado todos esos sentimientos tan humanos como son la alegría por la recuperación o la tristeza por el fallecimiento, de algún modo quedan impregnados para siempre, pero este especialmente transmitía mucha pena.

Este emplazamiento, está situado en un paisaje idílico, rodeado de pinos, cuyo ambiente, estamos seguros ayudó a muchas personas. Cuando pude oler el frescor que desprendían los pinos, me paré a pensar que estaba respirando aquel mismo aire que ayudaba a los pacientes a sanar de aquella nefasta enfermedad que era la tuberculosis. Estoy convencido que la belleza del lugar, ayudaba a las personas a no pensar en su enfermedad y por lo tanto muchos estarían animados y se verían con fuerzas para sanar.

Entramos por la zona de la capilla, en la que pudimos ver diversos símbolos satánicos. Más que probablemente se celebrarían rituales de índole satánica. Al ver todos estos símbolos, la verdad es que no nos sentimos demasiado a gusto. Por desgracia en estos lugares es muy habitual la celebración de distintos rituales satánicos y de magia negra.  


Al llegar al sanatorio comenzamos a recorrerlo de arriba abajo, como suele ser habitual en nuestras investigaciones para descartar las zonas peligrosas a las que no iríamos de noche. Afortunadamente el hospital se encontraba en bastante mejor estado de lo que pensábamos. La única zona que parecía más afectada por el paso de los años era la segunda planta. Tanto la primera planta como el sótano estaban dentro de lo que cabe en bastante buen estado pese a los numerosos destrozos.

Nuestra sorpresa fue que por la tarde cuando llegamos pudimos ver a muchos excursionistas que se atrevían a adentrarse en el viejo sanatorio. Tuvimos la oportunidad de hablar con algunos de ellos, los cuales nos dijeron que no habían visto ni sentido nada extraño en el lugar en algunas de sus visitas anteriores.
Tras el recorrido inicial en el que estuvimos realizando fotografías y tomas de vídeo diurnas en todo momento, comenzamos a buscar el famoso cementerio del sanatorio, en el que fueron enterrados numerosos pacientes que no superaron la enfermedad y en el que varios nichos fueron profanados hace unos años. Tras preguntar a varias personas que parecían conocer el lugar dimos con él. En este cementerio ya no quedaban cadáveres, ya que los que no fueron profanados fueron llevados al cementerio del pueblo cercano, para evitar que este hecho bochornoso se volviera a producir.

Pasillo curioso
Tras varias horas de incansable recorrido decidimos parar, durante algunos minutos para reponer fuerzas y comenzar con la investigación nocturna. Tras esto nos dividimos en dos grupos para realizar diversas pruebas. Uno de los grupos se desplazó hasta un pasillo, situado en el sótano del sanatorio y el otro grupo se fue a la capilla. Ambos grupos tuvimos que parar momentáneamente nuestras pruebas ya que escuchamos personas por los exteriores del hospital.

Una vez aclarado el tema, los amigos que fueron al sanatorio a hacer lo mismo que estábamos haciendo nosotros, se unieron a nosotros en busca del misterio, ya que todos pensamos que era mejor estar juntos, debido a que si unos estábamos por un sitio y los otros por otro, podríamos captar numerosos falsos positivos.

Tras organizarnos en tres grupos, unos fuimos a  la capilla y otros se adentraron en los exteriores del cementerio. El otro grupo volvió al pasillo en el sótano donde alguno de los presentes se había aquejado de dolores de cabeza durante nuestra inspección previa en este lugar, que desaparecieron al abandonarlo, ¿acaso, que ocultaría este pasillo? El objetivo de los tres grupos era claro, intentar comunicarnos con las posibles energías que habitaban el sanatorio e intentar ayudarles. Hasta este momento el misterio se nos estaba mostrando un tanto esquivo. Lo único que conseguimos captar fueron algunas incursiones psicofónicas leves, captadas por la grabadora de nuestro compañero Gus cuando realizamos pruebas en la capilla antes de interrumpirlas.

El grupo que se desplazó hasta la capilla, uso varios sensores de movimiento y el REM Pod, a parte de grabadoras y de la caja de los espíritus. En ese momento no recibimos ninguna repuesta que podamos decir que era de origen paranormal con la Spírit Box. Lo que sí que ocurrió fue, que uno de los sensores lumínicos que llevábamos saltó de repente sin que ninguno de nosotros lo activara. Estamos analizando el audio para ver si logramos captar alguna incursión psicofónica.
Los que sí que tuvieron una actividad bastante extraña, fueron los compañeros que se desplazaron hasta los alrededores del sanatorio.

Tras preparar la aparatología, comenzamos a realizar una sesión psicofónica en la que recibimos algunas respuestas inteligentes a nuestras preguntas.
Aquello nos motivó para intentar hacer un pequeño experimento con nuestros sensores de movimiento, obteniendo un resultado más que interesante. Al poco tiempo de instalarlos y en el momento en el que nuestro compañero Abel, les invitaba a tocar los sensores, estos se activaron sorprendentemente.  Lo más curioso de esto es que solo se activaban cuando nuestro compañero Abel les pedía que lo hiciesen. Todo esto fue realmente increíble, acaso ¿vieron algo interesante en los sensores o en nuestro compañero y por eso lo activaban?
Cementerio del sanatorio

Las sorpresas no terminaron con esto, ya que nuestro compañero Víctor F. decidió realizar una prueba de aislamiento en esta zona, por lo que se quedó completamente solo en los alrededores del cementerio del sanatorio realizando una prueba psicofónica, en la que pudo escuchar y grabar un paso bastante extraño, que no podía ser de un animal pequeño ni grande ya que lo hubiera visto, y ahí no había absolutamente nada ni nadie.

El misterio empezaba a mostrarse de un modo inquietante. Tras estas pruebas decidimos hacer dos pruebas bastante curiosas que hasta el momento no habíamos hecho nunca. Una de ellas consistía en poner en frente del REM Pod, un oso de peluche, ya que sabíamos que muchos los pacientes de este sanatorio habían sido niños, para que nos sirviera como objeto desencadenante.

Finalmente así fue ya que durante unos segundos el REM Pod se activó de una manera bastante curiosa. ¿Habría alguien jugando con el juguete?
La otra prueba que hicimos, para ver si alguno se sentía identificado con nosotros, fue ponernos una bata blanca, debido a que en otros centros sanitarios en los que habíamos estado, las energías que habitaban el lugar mencionaron a algunos de nuestros investigadores, por lo que pensamos que quizás pudieron confundirnos con un médico. Fuimos recorriendo esos solitarios pasillos con la bata, pero a falta de análisis, ninguno de los que nos pusimos la bata sentimos nada anómalo.
Parte de nuestro equipo

Tras estas pruebas una parte del grupo tuvo que irse ya en dirección a casa y nos quedamos tres personas, que fuimos a dar una última vuelta por este sitio mítico, hasta que a las tres de la madrugada pudimos ver como llegaban cinco chicos, por lo que decidimos terminar la investigación, ya que los resultados podrían haberse visto afectados y a que teníamos un largo camino de vuelta a casa.

Realmente fue una investigación bastante tranquila a excepción de algunos detalles, la verdad es que el misterio no quiso mostrársenos como en otras ocasiones. El sitio en parte nos defraudo a todos un poco con todas las cosas que se habían oído sobre él.

No podemos ser rencorosos ya que a veces en esta clase de sitios pueden pasar estas cosas, muchos están equivocados si se piensan que  en cada investigación, los investigadores vivimos auténticas películas de terror, a veces el misterio de algún modo es caprichoso y no quiere mostrarse, lo que si nos prometimos fue que algún día volveremos a ver si lo que se nos mostró en parte tan esquivo, se nos muestra.

V. Pelegrina
Víctor H.S.
Gus Rodríguez



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